Ja cocina es un arte? ¿Se puede comparar a Robuchon con Picasso, a Arzak con Kandinsky, a Girardet con Miró? Creo que éste es un ejercicio de análisis muy complicado, que yo acabo resolviendo siempre del mismo modo: la cocina es cocina, y nada más.

¿Por qué resultan tan difíciles estas comparaciones? En primer lugar, la cocina se hace para servirla en un esta­blecimiento que se llama restaurante, que tiene que fun­cionar como negocio independientemente del espíritu artístico más o menos alto del cocinero. El punto de con­tacto entre la cocina y el arte podría radicar en el proce­so de creación de los platos, pero de hecho, al igual que en otras facetas del ser humano, la cocina pública combi­na el arte con la artesanía. En definitiva, repito, la coci­na es cocina.

No hay duda de que el arte puede existir en la gastro­nomía, tanto en el fenómeno de la creación como en el de la percepción de quien recibe el producto. En mi opinión, los verdaderos artistas son los comensales capaces de emocionarse delante de un plato, de transmitir algo muy difícil de plasmar, salvo si se recurre a metáforas o, ¿por qué no? a ocurrencias, como la de un buen amigo anda­luz: el arte es sentir frío.

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